El Suicidio en Puerto Rico

21May08

Introducción

Universalmente el acto suicida se comprende como una acción intencionada mediante la cual una persona se quita la vida. Ésta es una definición denotativa básica que se extrae al analizar lo expuesto en los distintos discursos que tratan el tema del acto suicida. Debido a su gran variedad discursiva, nos encontramos con una amalgama de discursos pertinentes y pertenecientes a distintos espacios histórico-culturales. Es así como suicidio es una de esas palabras que cuando se utiliza impregna el ambiente con suspenso ante el sinnúmero de posibles interpretaciones que a ella se le pueden atribuir.

El suicidio en Puerto Rico es un problema que ha estado presente durante mucho tiempo. Sin embargo, en los últimos años se ha visto un aumento en las campañas publicitarias en un esfuerzo por aportar a la prevención del suicidio. “No te quites, piensa en los que te quieren” es el lema de una de las campañas más conocidas en lo que va de año. Analizaremos cómo la campaña presenta el suicidio y la opinión pública (a través de encuestas), para así ubicar el suicidio en nuestro espacio cultural. Mediante nuestra investigación particularizaremos la definición universal ya establecida y estudiaremos cómo el suicidio es representado en Puerto Rico.

Distintas percepciones del suicidio

El suicidio no es un fenómeno surgido en el mundo contemporáneo y desde el comienzo de la historia distintas sociedades han buscado una forma de lidiar con él. El significado del suicidio ha variado a través de los años, según las diversas culturas, épocas y sucesos históricos; este fenómeno ha sido percibido de infinidad de maneras, dependiendo del enfoque que se le ha dado al momento de estudiarlo. Con esta idea en mente, haremos un breve recorrido a través de los distintos movimientos históricos para poder apreciar algunas de estas percepciones sobre el suicidio.

En la antigüedad se encontraban sociedades como la de los galios, celtas, nórdicos y los vikingos que practicaban el suicidio por vejez o por enfermedad grave o dolorosa. En China se practicaba como acto de lealtad, en Japón como acto ceremonial y en India por motivos religiosos. Sin embargo, las distintas tribus en la nación africana lo veían como un acto de brujería y lo rechazaban, al igual que las comunidades cristianas antiguas. Cuando se habla de la Antigua Grecia y Roma, se alude al suicidio a base de los diversos motivos que podían provocarlo: por conducta heroica y patriótica, por vínculos sociales y solidarios, por fanatismo, por locura, por decreto (como por ejemplo, Sócrates, a quien se le ordenó ingerir veneno), y suicidio asistido por el senado, entre otros más. La filosofía del Neoplatonismo de la antigüedad clásica consideraba que el suicidio afectaba al alma negativamente después de la muerte.

En la Edad Media, el suicidio se vio penalizado rígidamente por las leyes religiosas. Por ejemplo, el Concilio de Arnés (452 d.c.) declaró que el suicidio era un crimen y el Concilio de Braga (563 d.c.) lo sancionó penalmente al dictaminar que el suicida no fuera honrado con ninguna conmemoración en la liturgia. Por tal razón, el cuerpo de los suicidas era trasladado con menosprecio, enterrado en la encrucijada de los caminos, su memoria difamada y sus bienes confiscados.

En la Edad Moderna, el suicidio varió dependiendo del periodo, pero fue muy notable durante el Romanticismo, cuando se le denominó con el nombre mal del siglo. Principalmente persistieron las sanciones religiosas.

En la Edad Contemporánea, se podría decir que el suicidio ha adquirido una serie de nuevos significados a base de las distintas corrientes científicas que se han ido desarrollando. En un momento dado la psiquiatría vio el suicidio como una enfermedad mental o como una alteración psíquica. Pinel lo clasificó como un síntoma de melancolía, mientras que Esquirol lo vio como una crisis de tipo moral. En la vertiente de la sociología, Emile Durkheim definió el suicidio como un fenómeno predominantemente social en sus causas y consecuencias. Desde el psicoanálisis, Freud interpretó el suicidio como un impulso del Thanatos (llamado posteriormente “pulsión de muerte”), opuesto a la vida. Por su parte, para Scheitmann el suicidio incluye conductas riesgosas como fumar, tener excesos en la comida o bebida, deportes de alto riesgo, etc. La antropología, mediante Eric Cantor, ve que el sentido de la vida y la muerte no se da individualmente, sino que está relacionada con el contexto social y cultural, como en el caso de los suicidios rituales, o por razones políticas.

La sociedad puertorriqueña y el suicidio

Mundialmente ha predominado la visión de los puertorriqueños como seres alegres, amigables, comunicativos, fiesteros, simples, humildes, por mencionar algunas de las características que más se han resaltado a través de la historia. Puerto Rico es un país en el cual la mayoría de las personas son criadas con bases cristianas. Nuestra cultura nos enseña desde niños a valorar la vida, a celarla con el mayor ímpetu posible. El cristianismo predica que el suicidio es un pecado castigado por Dios, ya que es un rechazo al regalo de la vida. Se nos enseña que la vida es valiosa porque es sólo una, y por tanto todos los actos que se cometen en su contra son repudiados.

Sin embargo, a pesar de esto existen personas que prefieren dejar de vivir. Resulta que ante una sociedad que se enfrenta a constantes cambios económicos, culturales, políticos, espirituales y sociales, se ha predispuesto el suicidio. Durante los últimos años todos los estratos de la sociedad puertorriqueña han sufrido alteraciones. Por ejemplo, la economía se ha encontrado en un perpetuo estancamiento que promueve el aumento en el costo de vida y provoca la inestabilidad laboral y la incertidumbre social. Vivimos en una sociedad en la cual las prioridades han cambiado. Nuestras vidas se rigen por el estrés, el trabajo, las cuentas por pagar, los quehaceres del hogar, la familia, los compromisos, etc. Vivimos en una sociedad competitiva y enfocada en lo material, donde diariamente enfrentamos un ajoro colectivo. Este ritmo de vida ha provocado que nuestras prácticas culturales cambien a un nivel tan acelerado como el que experimentamos en nuestro día a día. Lo que antes tardaba siglos por cambiar hoy se olvida en un abrir y cerrar de ojos.

Tales condiciones crean un ambiente propicio para el aumento de males sociales como las drogas, el alcohol, la prostitución, los robos, los asesinatos, la miseria y la pérdida de valores, entre otros que repercuten directamente en el individuo, la familia y la sociedad. Es así como el individuo llega a considerar el suicidio como escape para su sufrimiento, desesperación, posible sentimiento de culpa, enajenamiento, o complejo de inferioridad resultante.

Según se establece en el artículo “Consideraciones sobre el suicidio en Puerto Rico” del periódico Claridad, en Puerto Rico ocurren un promedio de 300 suicidios al año sin contar aquellos que no son registrados. En el año 2007 el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) reportó un total de 292 suicidios con un alza en los suicidios de menores de 18 años. Según la Policía de Puerto Rico, desde enero hasta mayo del 2008, 92 personas se han quitado la vida. Si comparamos a Puerto Rico con otros países de América Latina estamos entre los primeros 7 lugares de mayor incidencia de suicidio.

Aunque el suicidio es un acto meramente personal, también es directamente social, ya que basándose en los valores, ideas y creencias, el suicidio es el resultado de la autopercepción del individuo de acuerdo a la sociedad en que se desenvuelve.

Campañas Publicitarias

En los últimos años se ha notado un aumento en los esfuerzos publicitarios para la prevención del suicidio en Puerto Rico. Entre estas propagandas se encuentran campañas televisivas, prensa escrita y radial, y grupos sociales que se dedican a llevar el mensaje de prevención. Ejemplo de esto lo es el surgimiento reciente de la campaña publicitaria “No te Quites”. Desarrollada por Uno Radio Group y el periódico Primera Hora, su mensaje ha impactado de tal manera que ha creado hasta su propio estilo de graffiti (el ejemplo más común lo es el despliegue del slogan “No te quites” en los automóviles). Esta campaña tiene como objetivo lograr la prevención del suicidio mediante una labor de concienciación social, reconociendo así que el suicidio es un problema que afecta todas las edades y clases sociales en Puerto Rico.

Es mediante el análisis del título de la campaña que se puede caracterizar al sujeto suicida al que se dirige. En la campaña, el posible suicida se ve representado como un sujeto que se encuentra enajenado de la sociedad. El “No te quites, piensa en los que te quieren” alude a un problema de carácter individual. Como se puede ver, el “te” y el “piensa” que forman parte del mensaje hacen que el receptor se sienta directamente aludido, ya que simulan una conversación íntima con el individuo. También el “piensa en los que te quieren” alude al hecho de que el individuo se encuentra alejado de su núcleo familiar o de sus seres queridos. De la misma manera, el logo de la campaña presenta lo que simula un núcleo familiar, la vida en comunidad. Es así como, la campaña publicitaria “No te quites” va dirigida a un sujeto aislado e intenta masificarlo e integrarlo nuevamente a la sociedad.

Sin embargo, hay que enfatizar en el hecho de que esta frase sugiere que la persona no debe quitarse la vida para evitar el sufrimiento de aquellas personas a su alrededor (evitar las consecuencias del suicidio). Aunque evidentemente la muerte de un ser querido sería algo devastador para aquellos que le rodean, no se debe utilizar a éstos como la razón por la cual el individuo no debe suicidarse. El enfoque debería estar en atender los problemas que llevaron al individuo a considerar quitarse la vida. El tema de la salud mental se debe ver desde una perspectiva holística, no solo de salud pública, sino económica, sociológica, política, psicológica. Por ejemplo, en Puerto Rico se han dado varios casos de suicidio debido a la crisis económica, que es por consecuencia de una crisis política y social. En el mar de circunstancias, lo que subyace es una crisis moral y de valores donde se ven involucrados todos los componentes.

Para crear una campaña publicitaria que haga una diferencia, hay que mirar el problema desde otra perspectiva. Existe un término conocido como imaginación sociológica, en la cual se mira un problema como un todo, pero para llegar a las raíces, hay que descomponer el problema en sus elementos más básicos; las causas, y las posibles consecuencias del mismo. De ahí se parte con un análisis. A este tipo de análisis se le conoce como el análisis de contenido. Habría que entonces buscar como el mensaje puede llegar a representar algo relevante en los individuos y su sociedad, de una manera efectiva, de gran presencia, que impacte a las personas de tal manera que se interesen genuinamente por hacer una diferencia, más allá de pegar una calcomanía en su automóvil.

Encuesta

Como parte de nuestro trabajo, y para poder analizar los diferentes aspectos del suicidio en la sociedad puertorriqueña, realizamos una encuesta. En la encuesta pretendemos recoger cuáles son las principales causas del origen del pensamiento suicida en el individuo puertorriqueño, qué factores impiden que este pueda cometerlo, y su conocimiento sobre la campaña: No te Quites: Piensa en los que te aman, entre otra información. La encuesta fue diseñada para personas entre los 18 y 64 años, sin embargo fueron muy pocas las personas encuestadas que sobrepasaron los 30 años, por lo cual la encuesta no constituye ni contiene una visión amplia del suicidio vista desde la perspectiva de una persona mayor de 30 años. Sin embargo, la encuesta representa la visión del suicidio desde la perspectiva de la juventud puertorriqueña. Se encuestaron 100 personas vía correo electrónico. A continuación ofrecemos un análisis general de los resultados que arrojó la encuesta.

Rango de edad:

De las 100 personas encuestadas, 4 personas estaban en el rango de los 41 a los 64 años.

88 personas encuestadas están en el rango de los 18 a 25 años.

8 personas encuestadas están en el rango de los 28 a 40 años.

Experiencias cercanas al suicidio:

De las personas entrevistadas, fueron los jóvenes entre las edades de 18 a 25 años quienes contestaron que tenían familiares o amigos de edades similares a ellos que habían intentado cometer suicidio.

Entre las personas de edad madura, no se registraron experiencias cercanas al suicidio.

Poco mas de la mitad de las personas encuestadas contestaron que en algún momento de sus vidas habían sentido deseos de suicidarse.

Razones para cometer suicidio:

En este ítem, se ofrecieron una serie de selecciones para ordenar de acuerdo al orden en que la persona encuestada entendía que las razones sugeridas influían en la decisión de cometer suicidio. A continuación veremos el orden que prevaleció en esta prueba. En primer lugar, los jóvenes encuestados propusieron los problemas familiares como razón principal para cometer o intentar cometer suicidio. Como razones subsiguientes: enfermedades mentales, vicios, daños a la honra y al honor, problemas en el trabajo, problemas económicos y por ultimo, estrés por los estudios.

Campaña Publicitaria:

El 100% de las personas encuestadas contestaron que conocían sobre la campaña anti-suicidio “No te Quites”. Entendemos que la promoción de la Campaña ha sido intensa, y ha llegado a gente de todas las edades. La página de internet, el pintar los carros con la famosa frase, los fondos de My Space, y las diferentes tácticas de promoción de la Campaña han promovido que las personas de todas las edades la conozcan aunque sea un poco. En algo que también concurrieron las personas, es en que el gobierno no está realizando ningún tipo de acción para resolver el problema.

¿Por qué no cometer suicidio?

Sorpresivamente, para los jóvenes encuestados la religión no jugó un papel significante en la decisión de no cometer suicidio. Estos se inclinaron más a los vínculos familiares, sus responsabilidades y por último, la religión.

Realmente, algunos de los resultados de la encuesta fueron bastante sorpresivos. Es importante subrayar el alcance que ha tenido la Campaña “No te quites”. Su alcance ha sido masivo, aun cuando no se le ha dado mucha promoción televisiva, siendo la televisión uno de los medios de mayor uso por la ciudadanía. También fue sorprenderte, ver cómo personas de tan temprana edad han sido blanco de pensamientos suicidas y han estado cerca de personas que han intentado suicidarse. Otro hallazgo bastante inesperado fue el hecho de que la religión no ocupa un valor significativo a la hora de elegir no suicidarse. Puerto Rico es un país mayormente cristiano. El catolicismo y el protestantismo son las principales religiones del país, y ambas son cristianas. La religión cristiana condena y penaliza el suicidio, sin embargo, ni aun así juega un papel significativo para la juventud puertorriqueña.

Conclusión

Los puertorriqueños ven el suicidio como un problema social que se debe atender con mucha más prioridad que en el pasado. El mismo es representado a través de las campañas publicitarias como un problema del individuo que es parte de esa sociedad. Estas campañas han logrado que las personas tomen conciencia de que este problema es real y que forma parte de nuestra vida colectiva como puertorriqueños.

El problema del suicidio nos afecta a todos directa o indirectamente, y prueba de ello son los constantes esfuerzos de los medios para aportar a su prevención. Sin embargo, es responsabilidad de cada persona educarse sobre el tema, para saber qué acciones tomar en situaciones particulares, por ejemplo, ante la sospecha de que alguna persona podría estar considerando quitarse la vida, ya sea debido a una conducta autodestructiva, depresión o ansiedad; solo de esta manera podremos hacer una verdadera diferencia y prevenir casos futuros.

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